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CREACIÓN. Básicamente plantea que el universo
fue creado por Dios. Esta idea se basa en la Biblia, específicamente
en el libro del Génesis, donde aparecen dos relatos de la creación
del mundo: Génesis 1,1-31 (relato
de la creación en una semana) y Génesis
2,1-25 (relato del Paraíso). En la Biblia y en otras narraciones
antiguas semejantes, la creación es un episodio al que, por su carácter
ejemplificador, se recurre en las historias cuando se intenta explicar
el mundo. En la práctica totalidad de las culturas antiguas (también
en la bíblica) se considera el universo como un caos inicial en
el que una mano creadora origina el orden: ésta es la esencia de
la creación. El tipo de orden establecido varía entre unas
y otras culturas. Desde la perspectiva bíblica, era importante separar
la luz de las tinieblas, el día de la noche; que el sol, la luna
y las estrellas realizaran en armonía su función al determinar
las fechas y las estaciones, y que se establecieran las categorías
apropiadas de la fauna y la flora. Aunque las imágenes varían
entre las culturas, todas las historias antiguas intentan tan solo dar
una idea poética de los orígenes del cosmos. Cuando se consideran
desde el punto de vista de los patrones creativos, estas historias tienden
a ser parecidas.
Dios y sus ángeles junto a Adán
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Las narraciones del Génesis son bastante diferentes si se comparan
con otros mitos de Oriente Próximo; esta diferencia radica en que
proporcionan un nuevo aspecto a la creación respecto al individuo.
Muchas de las historias de la canción sumerio-babilónica
Enuma elish y del poema de Gilgamesh reaparecen en el Génesis 1-3.
Algunas también se repiten en Sirach 16,24-17,14 y en Ezequiel 28,
que las retoma con un objetivo diferente. Estas recurrencias son una prueba
de matriz común que originó los denominados mitos de Oriente
Próximo. Sin embargo, lo excepcional de las historias bíblicas
es que tratan a la humanidad no como una consecuencia colateral de la creación
o como a un pensamiento tardío de la divinidad sino como si fuera
el objetivo primordial de la voluntad divina desde el principio. Para la
mentalidad occidental, el Génesis representa una creación
ordenada de una forma racional, mientras que en otras narraciones antiguas
parece algo caprichoso y sin motivo.
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Además de la génesis del mundo por un dios celestial, los
mitos de la creación mencionan también otros mitos, como
el de una mujer embarazada, o de la reproducción gracias a que se
consuma el matrimonio del cielo y la tierra. El huevo cósmico del
que emergen los primeros seres humanos se encuentra en muchos mitos hindúes,
africanos, griegos y chinos. En otras tradiciones, la tierra debe ser extraída
de las profundidades por un buceador o se forma a partir del cuerpo despedazado
de un ser preexistente. Según los mitos, puede que el dios recurra
a materiales preexistentes, que abandone su obra después de su conclusión,
que la perfección de lo hecho varíe o que influya luego sobre
lo creado o no nacido. Muchas veces, la creación también
intenta explicar la existencia del mal y la naturaleza de la divinidad
y de la especie humana.
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Desde una perspectiva
filosófica, la idea de creación se define como la generación
de algo a partir de la nada y sin que lo creado emane del sujeto creador
(creatio ex nihilo sui et subjecti). Sin embargo, es dudoso que esta definición,
que procede del pensamiento griego, tenga algo que ver con la noción
de creación que se describe en la Biblia y en muchas otras narraciones
de los pueblos antiguos. Ningún verbo bíblico relacionado
con crear expresa este concepto filosófico en tal
forma.