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RESURRECCIÓN DE JESÚS

 
 
     El Misterio Pascual. Se refiere al misterio predicado por los primeros cristianos, y que está presente en el Nuevo Testamento: ¡Jesús murió, pero resucitó para siempre! ¡El mismo que murió, resucitó! ¡Jesús es el hombre nuevo, el primogénito de entre los muertos! Este es el misterio principal del cristianismo. 
    La fe en la resurrección ha sido discutida desde los tiempos de los Apóstoles hasta nuestros días. La certeza que la Iglesia tiene es una certeza de fe, basada en las Sagradas Escrituras y en la Tradición de la Iglesia. Hay una constante en los relatos bíblicos sobre la resurrección: el sepulcro vacío y las apariciones no son de tal naturaleza que excluyan la duda. Al final de su Evangelio, Mateo deja caer esta frase: "Algunos, sin embargo, dudaron" (Mateo 28,17). De todos modos, la respuesta que se dé a la resurrección de Jesús se refiere a la razón de ser del cristianismo. En efecto, si la resurrección de Jesús no sucedió en verdad, entonces somos "falsos testigos de Dios", "vana es nuestra fe" y "somos los más miserables de todos los hombres" (1 Corintios 15,14-19). Porque en vez de sumarnos al grupo de los que dicen "comamos y bebamos, que mañana moriremos" (1 Corintios 15,32), nos evadimos de la realidad con un mito de supervivencia y resurrección y engañamos a los demás con tales ideas. 
    
 
Relato de la Resurrección de Jesús (Marcos 16)
Resurrección de Jesús, quien se aparece a María Magdalena y a los discípulos. Su ascensión a los cielos.
            "Y pasada la fiesta del sábado, María Magdalena, y María madre de Santiago, y Salomé, compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús. Y partiendo muy de madrugada el domingo o primer día de la semana, llegaron al sepulcro, salido ya el sol. Y se decían una a otra: ¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?  La cual realmente era muy grande, mas echando la vista, repararon que la piedra estaba apartada".
            "Y entrando en el sepulcro se hallaron con un joven sentado al lado derecho, vestido de un blanco ropaje, y se quedaron pasmadas. Pero él les dijo: No tenéis que asustaros; vosotros venís a buscar a Jesús Nazareno, que fue crucificado; ya resucitó, no está aquí: Mirad el lugar donde le pusieron. Pero id, y decid a sus discípulos, y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea, donde le veréis, según que os tiene dicho".
            "Ellas, saliendo del sepulcro, echaron a huir, como sobrecogidas que estaban de pavor y espanto, y a nadie dijeron nada, tal era su pasmo. Jesús habiendo resucitado de mañana, el domingo o primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la cual había lanzado siete demonios. Y Magdalena fue luego a dar las nuevas a los que habían andado con él, que no cesaban de gemir y llorar. Los cuales al oírle decir que vivía, y que ella le había visto, no le creyeron".
            "Después de estos se apareció bajo otro aspecto a dos de ellos, que iban de camino a una casa de campo. Los que vinieron luego, trajeron a los demás la nueva; pero tampoco los creyeron. En fin, apareció a los once cuando estaban a la mesa; y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón; porque no habían creído a los que le habían visto resucitado".
            "Por último, les dijo: Id por todo el mundo; predicad el mensaje de salvación a todas las criaturas;  el que creyere y se bautizare se salvará; pero el que no creyere será condenado.  A los que creyeren, acompañarán estos milagros: En mi nombre lanzarán los demonios, hablarán nuevas lenguas, manosearán las serpientes; y si algún licor venenoso bebieren, no les hará daño; pondrán las manos sobre los enfermos, y quedarán éstos curados".
            "Así el Señor Jesús, después de haberles hablado varias veces, fue elevado al cielo, y está sentado a la diestra de Dios. Y sus discípulos fueron, y predicaron en todas partes, cooperando el Señor, y confirmando su doctrina con los milagros que la acompañaban".
(Marcos 16,1-20)